🌜Mi valoración: 4,5 sobre 5🌛
📖 347 páginas 📖
Sinopsis:
Desde 2012, Carme Chaparro viene desarrollando una gran actividad en distintos medios escritos, como Yo Dona, GQ o VozPópuli, y en redes sociales, publicando casi a diario artículos y reflexiones en los que queda patente su opinión aguda, certera, sin medias tintas, sobre los asuntos de la actualidad que la interpelan y que nos afectan a todos, y especialmente a todas, en su denodada defensa de la igualdad. Y lo hace con mano maestra y un espíritu fresco, crítico, que pone el foco en hábitos, costumbres y manías de nuestra sociedad, pero también en nuestra voluntad de realizarnos, solidarias y sin imposturas.Carme Chaparro también reflexiona sobre cómo hacer frente a las servidumbres de la vida moderna de las que tanto nos cuesta desentendernos: la dictadura de la imagen y la contabilización de calorías y de horas en el gimnasio, el sometimiento a las redes todos los días y a todas horas, el machismo que no acaba de cejar, los retos del amor y de la sexualidad en tiempos de Tinder…Su prosa reivindicativa, que despliega tanta calidez y empatía como un fuerte contenido social, profundiza en las contradicciones y las aristas del mundo en el que nos ha tocado vivir.
Me ha gustado mucho este libro. Es una recopilación de columnas que supongo publicó la autora en distintos periódicos o revistas, y si no le doy las cinco estrellas es por eso (hay cosas que se repiten que al leerlas seguidas chirrían un poco, pero claro, se entiende que eso se publicó a lo mejor en meses distintos y entonces tenía sentido que fuese así). Todas ellas van de distintos temas relacionados con el feminismo. Me gusta la forma en la que expone los hechos y que se apoye en estudios siempre que puede. También me parece interesante y muy necesario que incluya a los hombres en la lucha feminista en muchas de sus columnas, y que aunque trate el tema del feminismo tampoco se quite de criticar a las mujeres cuando es necesario hacerlo o de señalar los cambios que nosotras mismas debemos llevar a cabo.
¿Qué iban a hacer los egipcios —los hombres egipcios— si, de repente, las mujeres veían que podían tomar las riendas de su vida, mandar y llegar a mandar tanto que incluso podrían ser faraonas? Así que, tras su muerte, la faraona Hatshepsut dejó de existir. Porque no se puede imitar lo que no se ve. Y si las mujeres no tenían su ejemplo, no desearían ser como ella.