Mi valoración: 4 sobre 5
Ha matado a la persona que amas, y ahora está frente a ti, sin poder escapar, sin poder defenderse. ¿Qué vas a hacer?
Tras la aprobación de una nueva y polémica ley sobre la pena de muerte para presos con delitos de primer grado, una joven fotógrafa se topa con la posibilidad de cobrarse la muerte de su novia. El procedimiento es sencillo: una sala, un arma y sesenta minutos para hacerlo. Que estos factores jueguen a su favor sólo dependerá de ella.
"Si decido emplearla entera, aún nos queda una hora, y tengo muchas cosas que contarte. ¿No te mueres por escucharlas?"
Me ha gustado mucho este libro, y eso que, sinceramente, no sabía qué esperar y tiraba más bien por no esperar gran cosa. Pero, como muchas otras veces, un autor desconocido me ha sorprendido para bien.
Yo no esperaba que en el libro se explicara tan bien el proceso mediante el que se llegó a la aprobación de la ley orgánica de aplicación popular de la pena capital (o ley del ojo por ojo), y eso me ha gustado mucho. No leo sinopsis y esta no iba a ser distinta, este libro lo apunté porque vi la recomendación de @ebookprofeno en instagram un poco por encima, porque la portada ya me llamó, y lo que comentó él también. Y en mi mente creí que sería una sala que alguien habría puesto en algún sitio para vengarse de "otro alguien", pero no imaginé que todo estuviera enmarcado en la sociedad, en la legislación, que se hubiera dado luz verde a que la gente se vengara de otra persona a puerta cerrada. Me encantó encontrarme con eso así, sin saber (y por eso no leo sinopsis, además de porque alguna hace tiempo me fastidió un libro contándome cosas que la sinopsis no debería contar).
Me gusta mucho el estilo de escritura que tiene el autor cuando, por ejemplo, dice:
"—Buena suerte—añade, más mecanizado que real.
Y pienso que le ha bailado una letra.
Buena muerte."
Me gusta eso de "Buena muerte", esas cosillas, detallitos. O cuando dice que está 'lista para matar. Que no preparada' (o algo así, que lo digo de memoria).