lunes, 6 de febrero de 2012

Cuentos infantiles políticamente correctos

Título: Cuentos infantiles políticamente correctos 
Título original: Politically correct bedtime stories 
Editorial: Circe Ediciones 
ISBN: 84-7765-114-0 
Leído: Sí. 

Este libro es una recopilación de cuentos infantiles de toda la vida contados de una forma un tanto peculiar. Tanto el vocabulario como, sobre todo, las acciones de los personajes y la forma en la que transcurren las historias están contados de forma que aceptable en estos tiempos actuales, con lo que las chicas no tienen por qué vivir esperando a que un príncipe las rescate ni llevar siempre tacones, a las niñas no tiene por qué salvarlas ningún hombre adulto, pues saben defenderse solas, ni las abuelas tienen por qué ser débiles. Los males de estos cuentos no son la falta de amor, la falsa amistad o el maltrato de las madrastras, sino el machismo, la posición de eterna débil y sumisa de la mujer, la política y el no entendimiento mediante la palabra.

 Es un libro muy interesante y divertido, aunque hay cuentos que, para mi gusto, son demasiado enrevesados y me han dejado más o menos igual, porque se hacen un poco pesados, pero otros me han encantado y me han hecho reír hasta dolerme la mandíbula, como por ejemplo, el de Caperucita Roja o la Cenicienta. Es muy recomendable, y como los cuentos son cortitos se pueden ir leyendo en los ratitos que se tengan durante el día. En este caso, me los he ido leyendo entre libro y libro. Aunque me estuviera leyendo otros libros, alguna vez me leía un cuento de estos, porque me hacen reír muchísimo. :)

 Para muestra, os dejo un trozo de La Cenicienta:
Cuando llegó el día del baile, Cenicienta ayudó a su madre y hermanas políticas a ponerse sus vestidos. Se trataba de una tarea formidable: era como intentar apelmazar cuatro kilos y medio de carne animal no humana en un pellejo con capacidad para contener apenas la mitad. A continuación, vino la colosal intensificación cosmética, proceso que resulta preferible no describir aquí en absoluto. Al caer la tarde, la madre y hermanas políticas de Cenicienta la dejaron sola con órdenes de concluir sus labores caseras. Cenicienta se sintió apenada, pero se contentó con la idea de poder escuchar sus discos de canción protesta.
¡Disfrutad! 
:P

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