Es un libro muy interesante y divertido, aunque hay cuentos que, para mi gusto, son demasiado enrevesados y me han dejado más o menos igual, porque se hacen un poco pesados, pero otros me han encantado y me han hecho reír hasta dolerme la mandíbula, como por ejemplo, el de Caperucita Roja o la Cenicienta. Es muy recomendable, y como los cuentos son cortitos se pueden ir leyendo en los ratitos que se tengan durante el día. En este caso, me los he ido leyendo entre libro y libro. Aunque me estuviera leyendo otros libros, alguna vez me leía un cuento de estos, porque me hacen reír muchísimo. :)
Cuando llegó el día del baile, Cenicienta ayudó a su madre y hermanas políticas a ponerse sus vestidos. Se trataba de una tarea formidable: era como intentar apelmazar cuatro kilos y medio de carne animal no humana en un pellejo con capacidad para contener apenas la mitad. A continuación, vino la colosal intensificación cosmética, proceso que resulta preferible no describir aquí en absoluto. Al caer la tarde, la madre y hermanas políticas de Cenicienta la dejaron sola con órdenes de concluir sus labores caseras. Cenicienta se sintió apenada, pero se contentó con la idea de poder escuchar sus discos de canción protesta.¡Disfrutad!
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