jueves, 18 de agosto de 2011

Atrapa al culpable

Título: Atrapa al culpable
Autor: Hy Conrad
Editorial: Oniro
ISBN: 84 – 9754 – 154 – 5
Leído: Sí.

Este libro pertenece a la serie “Desvela el misterio”, y en él encontramos varias historias cortas, de entre 2 y 3 páginas, en la que se nos narran diversos misterios: asesinatos, robos, intentos de homicidio, engaños varios… En cada historia se dan todos los detalles necesarios para conocer el hecho ocurrido, la escena del crimen y los sospechosos. Y en cada una de ellas hay algo que no encaja. Para resolverlas, en cada una de ellas encontramos al sargento Wilson y a Sherman Holmes (tataranieto de Sherlock Holmes), de los cuales siempre (o casi) es Sherman el que da con la pista adecuada y acierta. El lector debe darse cuenta de qué dato, comportamiento, o acto no encaja con el resto de la historia, para así dar respuesta a la pregunta o preguntas que se realizan al lector al final de cada historia (quién miente, quién es el asesino, cómo se realizó el robo, etc.). Al final del libro encontramos las soluciones a cada caso.
Este libro me gusta mucho, porque te hace pensar y resolver los misterios con lógica y observación, y esto es una cosa que me encanta. Sin embargo, hay alguna historia que no me acaba de gustar y otras en las que el vocabulario utilizado lleva a error (por ejemplo, el uso de “laminado”, que significa “plastificado”, según entiendo, me llevó a no comprender bien una de las pistas). Pero como la mayoría me han gustado bastante y se pueden resolver bien si uno presta atención, creo que es un libro bastante entretenido y bueno para aquel que le guste ejercitar la mente y entretenerse un buen rato. Mis favoritos son: “La anfitriona tropieza” (el primero que fui capaz de resolver), “Dinero encontrado”, “Wilson se apunta un tanto”, y el que más rápido resolví “El asesinato trabaja los fines de semana” (aunque creo que debería ser “El asesino” y no “El asesinato”, quizá la traducción está mal). También están muy bien “La coartada del buzón del voz” y “Homicidio en el despacho de casa”.

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