"Tras un difícil viaje a través de Europa, Ayla y su compañero llegan finalmente a la Novena Caverna de los zelandonii, el hogar de Jondalar, hoy día en el valle de la Dordoña francesa.
Los zelandonii sienten fascinación por las nuevas ideas que aporta la joven pareja pero también se muestran recelosos. Les llaman especialmente la atención el lanzavenablos, una nueva arma de caza muy eficaz, así como el rápido método de encender fuego con pedernal y pirita de hierro.
Sin embargo, el lobo domesticado y el acento extraño de Ayla causan reticencia. Pero, gracias a sus habilidades curativas, su inteligencia y su sabiduría, logra ser aceptada, formaliza su relación con Jondalar y encuentra en la líder espiritual de la Novena Caverna una nueva compañera con quien compartir sus conocimientos."
Este libro, como preveía según mi 'regla Windows' (leer anteriores entradas sobre los anteriores libros) me ha gustado mucho. Hay muchas partes interesantes en él y muchos personajes a los que atender y de los que me habría gustado saber más. Me parece que eso quedará para el siguiente (y último, creo) libro, que espero que me enganche tanto como este (no lo he podido soltar hasta terminarlo).
Entre las cosas más interesantes del libro encontramos, obviamente, el encuentro con los zelandonii y cómo estos se quedan patidifusos al principio. También lo que la Primera va descubriendo sobre Ayla y cómo flipa en colores casi cada vez que habla con ella. Evidentemente, las relaciones que se forman y lo que cada uno piensa de los demás es muy interesante, viene a ser la misma dinámica que en los otros libros, sólo que conociendo a gente nueva y con la que se supone que van a vivir su vida, al menos por el momento. Ah, y también me ha gustado mucho la disminución de los placeres, ¡ya era hora de que se dedicaran a otras cosas! ¡Jajajaja!
Me ha chocado un poco la relación de Ayla con la Primera (antes Zolena).
Pensaba que la Primera se iba a picar un poco con Ayla, y quizá le iba a poner más de una zancadilla, pero no resultó así y al final hasta me gusta en qué ha quedado la relación entre las dos. Aunque no me gusta mucho que la Primera quiera de acólita a Ayla simplemente para tenerla dominada, vamos, que no esté por ahí independiente (aunque también valore sus cualidades). Pero también lo entiendo.
Lo de Brukevar también me ha dejado un poco patitiesa.
¿Cómo que no es un cabeza chata? Me parece muy bien que eso lo pienses cuando te lo llaman como insulto, pero si te están diciendo que los cabezas chatas son humanos y buenos y que no es ningún insulto y que tú lo eres, porque lo eres que para eso llevas genes mezclados, pues ya está, no te enfurruñes más. Este pobre es que tiene un trauma gordo desde niño, porque si no, no se entiende. Mira Echozar, que sí que tenía que estar cabreado con todos porque se meten en su vida como si les importara. Y eso de que a Ayla le recuerda a Broud no me gusta nada... Estoy esperando a ver qué pasa en el siguiente libro, porque algo pasa seguro. Es la típica persona que piensa que todo lo que hacen los demás es para dañarle a él de algún modo: que Jondalar vuelve con Ayla "qué suerte tiene, no como yo, por qué tiene que tener él tanta suerte"; que Ayla se pone su vestido de boda con las tetas fuera "lo hace para ponerme peor, para que yo sufra viendo esos pezonacos que Jondalar se va a meter luego en la boca" (juro que lo piensa de verdad en el libro xD); que Ayla le habla "oh, lo hace por pena"; que le dice que lo ve atractivo "se burla de mí"; que no le habla "me ignora"... Es que no hay quien acierte con Brukeval.
Por otro lado tenemos a Marona:
celosa de Jondalar y de Ayla, y de que ellos tengan lo que ella quería. Pues así es la vida. Encima intenta dejar en ridículo a Ayla y queda mal ella... es que es el karma. En el siguiente libro también hará algo, si no al tiempo.
¿Y Laramar? Otro que tal baila.
De los que no hacen nada por la vida y si encima otros le ayudan piensa que le están refregando por la cara lo buenos que son y lo malo que es él.
Madroman no entiendo muy bien a qué ha salido. Con el poco protagonismo que ha tenido, quizá habría sido mejor dejarlo para que apareciera en el siguiente libro ¿no? No sé.
Con estos 4 personajes pensaba que iban a pasar más cosas, pero se ve que la autora nos los ha dado a conocer y poco más, por eso creo que en el siguiente libro tendrán más protagonismo y la liarán bien gorda, o eso espero.
Me ha sorprendido la actitud de los zelandonii (no todos, claro, pero sí los principales) al ver llegar a Ayla con Jondalar y aprender un poco sobre ella.
Sobre todo que aceptaran de tan buen grado a Ayla después de saber sus orígenes. Tanto tiempo temiendo Jondalar que no la aceptaran y cagándola por ello (diciéndole a Ayla que ocultase quién era y demás), que me esperaba que fuera todo más difícil. Sin embargo, resulta que llegan y son todos muy abiertos: "Ah, ¿que has vivido con los cabezas chatas abominables esos? ¡Bueno no pasa nada! Ven aquí que te vamos a adoptar ya en nuestra cueva". Me ha parecido muy idílico todo. Claro que si Marthona era la jefa tenía que saber tratar con todo lo que ocurriera y tener la mente más abierta, y Zelandoni igual. Pero aún así parecía que los anteriores libros nos preparaban para la catástrofe, y no ha sido así tan grave. Incluso resulta que con los lanzadonii vivía uno de espíritus mixtos.
Respecto a Lobo, estaba viendo venir una historia como la de Bebé.
Me alegro de que no haya sido así, y tampoco como la de Whinney, porque han hecho una especie de mezcla pero con otro final. Si no, sería un poco repetitivo quizá. Ya me resultó conocido que cogiera a Lobo para criarlo... menos mal que en este libro no acoge a ningún otro animal (bueno sí, a Gris, pero no cuenta).
En resumen, un libro muy recomendable, aunque creo que me sigue gustando más el de Los Cazadores de Mamuts... o están ahí ahí. Ahora a por el siguiente, que según mi regla debería ser más malillo, pero espero que no, ¡porque además es el último!
¿Lo has leído? Cuéntanos qué te pareció, ¡a lo mejor animamos a otra persona a descubrir este libro!
En este espacio pretendo dar rienda suelta a mi eterna idea de recopilar todos los libros que tengo, que quiero, que he leído y que quiero leer, idea que nunca (hasta ahora) había llegado a desarrollar, y no por falta de ganas, ya que me encanta leer y me encantan los libros (físicamente). En principio, esto nació de la idea de incluir solamente libros y, como mucho, cómics. Pero ya puestos, he decidido acoger también algunas películas y series, para crear así un lugar más completo al que pueda acudir para recordar libros que quise leer, series que me recomendaron, cómics que me gustaría tener y películas que ya he visto (que se me olvidan, sí). Aún así, imagino que los libros ocuparán la mayor parte de este blog (o no). Espero que todo visitante de este blog encuentre algo de su interés, pues sería magnífico que esto sirviera a más gente aparte de a mí misma. :)
"En el ser humano hay un pedazo de carne que si está sano, todo él está sano, y si está corrupto, todo él está corrupto. Y ese órgano es el corazón". En "Respirar por la herida".
"Es una sensación extraña. Allá donde voy, soy el primero. ¿Salgo del vehículo de superficie? ¡Soy el primer tipo en llegar! ¿Subo a una colina? ¡El primer tipo en subir esa colina! ¿Doy una patada a una roca? ¡Esa roca no se había movido desde hace un millón de años!" Mark Watney, en "El marciano".
"En la vida, hay que concluir las cosas debidamente. Sólo entonces puedes soltarlas. Si no, te quedas con palabras que deberías haber dicho y que no dijiste, y el corazón se te llena de remordimiento". Pi Pattel, en 'Vida de Pi'.
"Estaba tan ocupado en misas y reuniones de la organización que se había olvidado de pegarme". Paula en 'Gritos silenciosos'.
"Aquella noche, por ejemplo, llegué a casa, me acosté y dormí como un muerto. Cuando me desperté, vi que la almohada estaba llena de baba. Aunque Freud no lo dejara escrito y prefiriera perder el tiempo con sutilezas siempre discutibles, un sueño baboso es necesariamente un sueño feliz". En "La flaqueza del bolchevique".
"Lamentablemente, su cuerpo estaba desprovisto de sangre, lo cual era incompatible con lo que la ciencia entiende por una saludable y vital existencia". En 'Crímenes exquisitos'.
"Supongo que se puede convertir algo en verdad persiguiendo, acabando con los que opinen lo contrario y ocultando todo indicio que no apoye esa 'verdad' ". Máreck a Córbeck, en "El navegante de la eternidad"
"A los profesores se les culpaba de cualquier cosa que funcionara mal con los muchachos, y a la vez se recurría a ellos como si fueran los únicos capaces de salvarlos". Eva Katchadourian, en 'Tenemos que hablar de Kevin'.
"- Recuerdo que, estando en la cuna, pensaba que era el bebé más bonito del mundo. Entonces mi niñera me miró y me dijo: "Tenéis una cara que sólo una madre podría amar". Me sentí decepcionado por ser feo en lugar de hermoso, y me decepcionó que la niñera fuera tan poco amable.
- Si realmente os hubiérais sentido hermoso, no os hubiera importado lo que ella dijo. No os hubierais sentido decepcionado."
"Somos escritores porque hacemos diferente una cosa que todo el mundo sabe hacer: escribir. Ahí reside todo nuestro ingenio". Harry Quebert a Marcus Goldman, en "La verdad sobre el caso Harry Quebert".
"El viejo y el burro por delante, el perro enloquecido y luego las cabras, dejando tras de sí una estela de cagadas como la cola de un cometa." En "Intemperie".
"La frontera es aislamiento, tanto físico, como de pensamiento." En "La Era del Arco Iris".
"Lisbeth Salander se lo quedó mirando un largo rato y concluyó que era idiota y que no iba a dedicar muchos segundos a preocuparse por su existencia." Sobre Hans Faste, pág. 601 de "La reina en el palacio de las corrientes de aire".
"El acto esencial del Partido es el empleo del engaño consciente, conservando a la vez la firmeza de propósito que caracteriza a la auténtica honradez. Decir mentiras a la vez que se cree sinceramente en ellas, olvidar todo hecho que no convenga recordar, y luego, cuando vuelva a ser necesario, sacarlo del olvido sólo por el tiempo que convenga, negar la existencia de la realidad objetiva sin dejar ni por un momento de saber que existe esa realidad que se niega..., todo esto es indispensable." Pág. 260 de "1984".
"Dediqué los primeros veinticinco o treinta años de mi vida a disculpar y perdonar a gente como Harald porque éramos familia. Luego descubrí que el parentesco no es una garantía de amor y que me faltaban razones para defender a Harald." Henrik Vanger, en "Los hombres que no amaban a las mujeres".
"Si un escritor desprecia a otro, basta con no leerlo, basta con escribir libros infinitamente superiores, basta con humillarlo infligiéndole páginas de una virtud inalcanzable para él, basta con escribir y callar y dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar. Pero cuando un escritor pone tanto empeño en destruir sistemáticamente a otro (que a final de cuentas es un colega y un competidor), actúa como un mafioso y no como un artista." Javier Garcés, en "Morirás mañana".
“Yo creo que los números primos son como la vida. Son muy lógicos pero no hay manera de adivinar cómo funcionan, ni siquiera aunque te pasaras todo el tiempo pensando en ellos.” Christopher John Francis Boone, en “El curioso incidente del perro a media noche”, cap. 19.
- Déjame ir o me tiraré un pedo en tu boca.
* Podré hincarte el diente igualmente.
- Pero no tendré buen sabor.
* Pero estarás muerta.
- Volveré a nacer. Y antes de morir me habré tirado pedos en tu boca. Y el sabor no se te irá en muchos días.
Conversación entre Kim y Throsten en "Maldito Karma", cap. 22.
"Marie, lo que dice la Biblia tiene que ser verdad. Las historias son tan pasadas de rosca que no se las puede haber inventado nadie." Michi, en "Jesús me quiere", cap. 6.
"(...) saltando de la cama, [el lobo disfrazado de abuela] aferró a Caperucita Roja con sus garras, dispuesto a devorarla. Caperucita gritó; no como resultado de la aparente tendencia del lobo hacia el travestismo, sino por la deliberada invasión que había realizado de su espacio personal."
- Amor, familia, logros... todo se destroza, nada perdura. ¿Qué valor tiene lo que hacemos? * El valor está precisamente en hacerlo, pero el valor desaparece cuando uno abandona la voluntad de cambiar y de vivir la vida. Las alternativas están delante de ti: elige una y dedícate a ella. Las acciones te darán nuevas esperanzas y un sentido a tu vida.
Conversación entre Eragon y Saphira, capítulo 'La espada de un Jinete', del libro "Eragon".
"Compra un nuevo brillo de labios... Depílate la ceja y después dibuja su forma... Inyecta 3 ampollas de colágeno en tus labios cubiertos con brillo..." ¿Y esto hará que caiga rendido a tus pies, verdad? Claro que no. Vas a estar en el mismo lugar donde empezaste pero sin cejas. De "Por qué los hombres aman a las cabronas".
"De ese modo perdí yo a mis amigos más interesantes, aparte de por el insignificante detalle de que dejaran a sus novias para salir conmigo sin tener la gentileza de anunciármelo antes." Magda, en "Escrita en tu nombre".
"Eres muy lista. Y muy puta. Lo que has hecho conmigo es el sentido exacto del verbo putear." Andrés a Ana María, en "Blues de Trafalgar".
"Estaba en plena adolescencia y mi cuerpo y mi cabeza eran como el culo de un gremlin comiendo bocadillos en una piscina a media noche, con millones de hormonas volando disparadas en todas direcciones, completamente fuera de control."
"No malgaste sus energías con sentimientos de culpa y pecado. Somos mayores de edad y lo que hagamos a puerta cerrada es cosa nuestra. Debe liberar su mente y escuchar a su cuerpo." Christian Grey a Ana Steele, en "Cincuenta sombras de Grey".
"Las imprentas tienen tanto poder como los sables y las hachas. En algunos sentidos, más. Muchas veces he pensado: si el Demonio hubiera impreso una Biblia, ¿sería tan impopular como lo es ahora?" Cardenal Grimani, en el Prólogo III del libro "Vlad".
"¿Cómo sabemos que los hechos son ciertos? La historia no necesariamente es lo que aconteció, sino lo que alguien dijo que aconteció." John Howe, en el prefacio de "Mundos perdidos".
"La única manera de seguir adelante es siguiendo adelante. Decir "puedo hacerlo" incluso cuando sepas que no puedes." Edgar Freemantle, en "Duma Key".
"Hablé con una señora en silla de ruedas en el furgón del guardia. Era muy simpática, dijo que lo único bueno de ser disminuido era que siempre encontrabas asiento en los trenes." Adrian Mole, entrada del 15 de agosto, de "El diario secreto de Adrian Mole".
"¡También ha dicho que se quiere y se aprecia a sí mismo! Bueno, alguien tiene que hacerlo, supongo." Clare sobre Seb, en su entrada del 19 de abril, del libro "1 diario, 6 protagonistas y alguna cosilla +".
"No puedo creer en Dios más de lo que puedo creer que un mono invisible vive en mi culo." El protagonista (del que desconocemos el nombre), en "La Gárgola".
"La gente no cree que su propia ciudad pueda producir auténticos artistas, pero está dispuesta a creer que en otros lugares los artistas caen de los árboles como fruta madura." Marianne Engel, en "La Gárgola"
"Incluso verdades matemáticas tan fundamentales como 'los iguales pueden ser sustituidos por iguales' o '1 y 1 son 2', pueden ser mal aplicadas: una taza de agua más una taza de palomitas de maíz no es igual a dos tazas de palomitas empapadas. " Fragmento de "El hombre anumérico".
"Cuando un mal nos amenaza, y resulta imposible librarnos de él, ¿por qué nos entregamos al infructuoso miedo, que nos atormenta de forma más intensa aún que el propio mal?" En "La llave del destino".
"Grey es el mago de las marranadas bajo las sábanas. Gregorio también. El problema es cuando las agita para dispersar el gas." Sombra nº 9 del libro "50 sombras de Gregorio".
Entramos sin llamar, como se impone en estos casos; cuando se va a torturar a alguien no tienen sentido algunas normas básicas de educación.
"Cuernífero: pequeño capullo, hijo de perra, que se había tirado a todo bicho viviente mientras salía conmigo. De lo cual parecía estar enterado todo el mundo sobre la faz de la Tierra menos yo." De "Las tarántulas venenosas no siempre devoran a los dioses griegos".
"De entrada debería estar prohibida la combinación de luz natural y luz eléctrica, porque a mi parecer es algo que fomenta enormemente la tristeza. Encender la luz cuando es de día es como no estar en ningún sitio concreto y en ningún momento concreto, ni dentro ni fuera, ni de día ni de noche, como estar de paso y provisional, y esperando algo mejor." Rodrigo, en "Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos".
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