Mi valoración: 3 sobre 5
Ahora bien, nuestro protagonista no está nada contento con esa solución. Él quiere volver a la Tierra, y tener una vida normal dentro de lo posible. ¿Qué es eso de que los robots gobiernen la ciudad y de que no haya flores, ni plantas, ni cosas "normales" del mundo? Total, que el hombre se cabrea y la lía pardísima. Me encanta que el tío burle a todos los robots y el momento en el que estos deciden que van a mentirle a los humanos que van a supervisarlos. ¡Chupaos esa, humanos! Me parece muy buena esa reflexión a la que nos lleva.
El final también me gustó. Cuando nuestro protagonista consigue llegar a la Tierra se da cuenta de que ¡sorpresa! todo está contaminado y ya es insalvable.
Me leí este libro porque había dado con "El juego de los niños", del mismo autor, y vi que había una especia de trilogía (no al uso, sino libros relacionados) sobre "la naturaleza contra la humanidad", de la cual formaba parte este libro. No me ha gustado tanto como "El juego de los niños" pero ha sido bastante entretenido también. Además, es corto.
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