Mi valoración: 4 sobre 5 estrellas
AQUÍ NADIE CAMBIA.
COMO MUCHO SE ESTROPEA.
Dieciocho años y una mentira infame: en lugar de ir a la universidad, como le cuenta a su madre, el joven Zero se dedica a pasar las mañanas en el metro, de terminal a terminal. Así es como conoce a Arloc, un chico menor que el y que tiene otros motivos para perder sus días en un vagón de la línea B de Roma. Según crece su amistad, aparecen algunas sombras en la manera que tiene Arloc de ver la vida, hasta fusionarse con el oscuro mundo del tráfico de drogas en la periferia romana.
Me ha gustado mucho tanto la historia como la forma en que está narrada. Como el otro cómic que había leído de Zerocalcare era más liosillo y raro, este me lo esperaba similar. Pero no. La historia puede parecer un simple misterio pero contiene una reflexión sobre la vida, como viene siendo habitual en las historias de este autor. Eso me gusta bastante. Además, tiene un punto de terror también.
La forma en que representa a sus demonios internos (sus preocupaciones, sus miedos...) me ha encantado, me parece que no podría haberlo hecho mejor.
Y lo de Secco... Me dejó de piedra a mí, imagínate a Zero xD
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