Sinopsis:
«Es una verdad universalmente aceptada que todo soltero en posesión de una gran fortuna necesita una esposa»: este comienzo -junto con el de Anna Karénina, quizá uno de los más famosos de la historia de la literatura- nos introduce sabiamente en el mundo de Jane Austen y de su novela más emblemática. Orgullo y prejuicio, publicada en 1813 tras el éxito de Juicio y sentimiento, reúne de forma ejemplar sus temas recurrentes y su visión inimitable en la historia de las cinco hijas de la señora Bennett, que no tiene otro objetivo en su vida que conseguir una buena boda para todas ellas. Dos ricos jóvenes, el señor Bingley y el señor Darcy, aparecen en su punto de mira e inmediatamente se ven señalados como posibles «presas». El opresivo ambiente de la familia, la presión del matrimonio y del escándalo, la diferencia de clases, el fantasma de la pobreza y la actitud de una heroína más rica y compleja en sentimientos que cualquier heroína de cualquier novela anterior, se conjugan en esta obra maestra leída y celebrada a lo largo de más de dos siglos.
Me ha gustado este libro mucho más de lo que esperaba. Tenía tantas ganas de leerlo desde hacía tiempo que temía que, después de todo, no me gustara. Es más sencillo de lo que esperaba: básicamente son cotilleos de época, como yo digo. En este tipo de libros se suele ver bastante claramente desde el principio quién va a acabar con quién (normalmente, aquellos dos que más parezcan odiarse) y este libro no es una excepción. Podemos intuir lo que va a terminar pasando, así que lo interesante es cómo va a acabar sucediendo eso cuando parece que todo está en contra.
La edición que he leído (de Alba) tenía anotaciones de la traductora (Marta Salís) que hacen entender mucho mejor las cosas que ocurren según el contexto de la época en la que se escribió.
En cuanto a los personajes: son todos bastante odiosos, sobre todo lady Catherine de Bourgh, que se lleva la palma, las hermanas del señor Bingley (que son unas arpías de cuidado) y la señora Bennet y Lydia (vaya par de cabezas de chorlito). Jane me da un poco de pena por lo ingenua que puede llegar a ser, y Elizabeth me encanta, como no podía ser de otro modo. A Mary la podían haber sacado del libro y este se habría quedado exactamente igual. No pinta nada, la pobre. Y Darcy consiguió hacerme cambiar de opinión a lo largo del libro. A Collins dan ganas de pegarle una colleja desde el principio hasta el final, pero me pilla a trasmano xD No sabe la suerte que ha tenido de dar con Charlotte Lucas, porque vaya cuadro de hombre...
Ahora que ya sé la historia de todas estas personas me dan ganas de releer "La muerte llega a Pemberley".
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