📖 275 páginas 📖
Sinopsis:
Una mujer acepta una invitación para acudir a la cabaña de caza de unos amigos. Tras su llegada, la pareja anfitriona se acerca al pueblo vecino y no regresa. Angustiada, la mujer sale en su busca y, antes de llegar al pueblo, encuentra un muro invisible e insalvable detrás del cual parece reinar una rigidez cadavérica. Aislada del resto del mundo, rodeada por animales, la mujer se prepara para sobrevivir; tiene que replantearse su relación con la naturaleza y consigo misma y reflexionar sobre el sentido de la vida y del amor.
Este ha sido uno de esos libros que hay que leer hasta el final para que tenga sentido. Hasta entonces para mí era un simple libro de "cómo sobrevivir en la naturaleza" (pues el desarrollo de la historia tiene un interés relativo), pero después entendí por qué la protagonista escribe ese relato, que es lo verdaderamente importante. En ese momento, el muro pasó a un segundo plano. Me di cuenta de que estaba leyendo la elaboración de un duelo. Esta pobre mujer escribe todo este relato como una última forma de intentar encontrar respuestas repasando lo sucedido. Y no las va a encontrar.
Por eso para mí el quid del libro está en los párrafos finales.
Al principio yo pensaba que el muro podía ser una metáfora, una forma de expresar que ella se sentía diferente a los demás, y que no tenía necesidad alguna de relacionarse con otras personas. Pero más adelante me quedó claro que el muro existe. La curiosidad que me podía generar de dónde apareció o por qué estaba ahí no duró mucho, porque me di cuenta de que la base de la historia no era eso. El muro solo era el contexto (como los zombis en TWD).
En cuanto a la pregunta que ella intenta responder mientras escribe este relato para nosotros (o para que nadie lo lea, como dice varias veces): ¿por qué mató ese hombre desconocido a los animales? Cuando ella dice que la ropa del hombre es cara pero está desastrosa yo deduzco que lo que nos quiere dar a entender la autora es que ese hombre no sabía apañarse en el campo. Era un hombre de ciudad, de negocios, que no tenía unas nociones ni de coserse la ropa cuando se rompía. Entonces me imagino que simplemente mató al toro porque quería comida. ¿Por qué mató al perro? Eso ya no lo sé, no sé si estaba mal de la cabeza después de todo lo que había pasado, o si temía que le atacara aunque ya se le había indicado que no lo hiciera. ¿Es lógico esto? No demasiado, más lógico habría sido darse cuenta de que allí había otra persona e intentar sobrevivir juntos, pero igual el hombre tenía tanta hambre que ya no pensaba. O no tenía muchas luces. Sea como fuere, a nuestra querida protagonista solo le queda aceptar la muerte de sus animales y que no va a encontrar ninguna respuesta satisfactoria.
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